El martes, 2 de abril se celebró el tradicional desfile de la Batalla de las Flores. Con el fin de hacerlo más atractivo, la Junta Organizadora, presidida por José Selgas, realizó dos importantes modificaciones:
1) Rebajar el valor de todas las localidades y entradas para que pudieran disfrutar del festejo todas las clases sociales. Los precios quedaron fijados de la siguiente manera:
Veinte primeras tribunas: 100 pesetas
Veinte siguientes tribunas: 50 pesetas
Veinte restantes: 30 pesetas
Los ocupantes de las tribunas tenían opción a seis entradas, mil ramos de flores y tres kilos de confeti.
Sillas de pista: 3 pesetas
Sillas de primera fila de Glorieta: 2 pesetas
Sillas de segunda fila: 1.50 pesetas
Sillas de tercera fila: 1 peseta
Sillas de primera fila de orilla del río: 0,75 pesetas
Sillas de segunda fila de orilla del río: 0.50 pesetas
2) Añadir a los premios artísticos, jugosos premios en metálicocon el fin de estimular la creatividad de los participantes. Por este motivo los proyectos de carrozas se ejecutaron con muchas reservas.
Comienza la batalla
El evento tenía como punto de partida la Glorieta. Toda la explanada del Arenal estaba ocupada por la muchedumbre. De un cañonazo, la Guardia Civil de Caballería despejó la zona. Después, al son de otro trueno similar, dio comienzo la batalla. Desde los coches a las tribunas y viceversa se lanzaron con ardor contagioso, miles de ramos y una lluvia incesante de confetti. El suelo quedó alfombrado con un tapiz multicolor que daba al cuadro un ambiente apropiadísimo. El desfile finalizó pasadas las siete de la tarde.